Según el Gobierno brasileño de Brasil no son sólo dos los talleres en los que inmigrantes ilegales fabricaban ropa para Zara.
El Ministerio de Trabajo de Brasil señala que hay al menos 33 talleres subcontratados por la firma gallega se habrían detectado las mismas irregularidades: hacinamiento, condiciones insalubres de trabajo y salarios de miseria.
Mientras tanto, la multinacional Inditex, propietaria de Zara, insiste en que se trata de una “situación excepcional”.
Según reveló ayer la auditora fiscal del Ministerio de Trabajo Juliana Cassiano la mayoría de los 15 inmigrantes bolivianos y peruanos liberados en los dos talleres de Sao Paulo no tenían documentos, habían sido introducidos clandestinamente en Brasil por redes de tráfico de seres humanos y trabajaban en unas condiciones “terribles”. Su jornada laboral era de hasta 16 horas diarias, hacinados con cinco menores de edad en un espacio minúsculo que servía a la vez de taller y vivienda, con un solo cuarto de baño sucio y sin agua caliente, “y todo para ganar 200 o 300 reales [entre 90 y 130 euros] y estar endeudados con las mafias"
Inditex se lavó las manos y culpó a sus proveedores en Brasil. Sin embargo, no sirvieron las explicaciones al gobierno brasileño: “Si nosotros podemos rastrear la cadena de producción, Inditex también puede hacerlo”. “Y si Inditex es capaz de controlar la calidad de sus productos durante todo el proceso de producción, ¿por qué no hace lo mismo con la mano de obra que emplea?”.
- La Republica